En busca de la estabilidad emocional

08 septiembre 2008
“Ni la contradicción es indicio de falsedad, ni la falta de contradicción es indicio de verdad.”
Blaise Pascal (1623-1662)

“La duda, esa vaga nubecilla que, a veces, habita los cerebros, también puede entenderse como un regalo. Y no es -lo que queda dicho- una aseveración, ya que, sobre ella, tengo también mis dudas.”
Camilo José Cela (1916-2002)

Frases como la anterior de Cela no es que sean un consuelo, pero sí un paliativo eficaz contra las dudas y contradicciones que me asaltan. En ocasiones creo llevar dentro una semilla desconocida que brota cuando menos me lo espero, poniendo en tela de juicio hasta mi propia existencia. Hay días en los que siento una fuerza inusitada en mi interior capaz de sobreponerse a cualquier contratiempo o adversidad, mientras que a veces apenas puedo soportar mi propio peso.

Mucha gente cree que la felicidad se encuentra fuera de nosotros mismos, por lo que la busca desesperadamente lejos de su corazón, o dicho de otro modo, en un corazón ajeno. Quizás sea una manera de alcanzarla, o quizás no. Antes debemos indagar en nuestras propias entrañas, adentrarnos en nuestro infierno personal, para luego pasar al purgatorio, y finalmente al cielo. Estoy de acuerdo en que duele, incluso más de lo que creíamos, pero es la única forma.

Y es en esta travesía por mis propios infiernos donde me encuentro ahora, intentando hallar respuestas para forjar un presente más real, más sincero. La confusión y la contradicción se han convertido sin quererlo en mis compañeras de viaje, en mi sombra.

Es por todo esto que:

No quiero irme, ni tampoco quedarme.

Te odio y te amo, te deseo y te aborrezco, te admiro y te compadezco, te juzgo y luego te eximo de tus culpas, te rescataría y te dejaría a la deriva, te enviaría al cielo y al infierno, te regalaría y te robaría, te cambiaría y me quedaría contigo, te daría libertad y te secuestraría.

Me sorprendes y me decepcionas, me haces reír y llorar, me enfermas y me curas, me lo das todo y no me das nada, me iluminas y me ciegas.

Pd: siempre hay luz, tenue pero la hay, al final del túnel.
Todo lo escrito es propio, personal e instransferible. Sólo el hecho de compartir mis pensamientos y experiencias con todos vosotros, amigos, ya es satisfacción suficiente. Gracias a todos por vuestras visitas y comentarios.