Sobre los sueños

06 septiembre 2009
Dicen que el truco no consiste en conseguir lo que quieres, sino en que te siga gustando después de conseguirlo. ¿Cuántas veces he conseguido algo que anhelaba y luego lo he desechado sin ni siquiera valorarlo? ¿Es que no me importaba(s) lo suficiente?

En ocasiones creo que poseo el “complejo de Sísifo”. Cuentan que Sísifo fue condenado por los dioses a subir una piedra a cuestas por una ladera empinada eternamente. Cuando estaba a punto de llegar a la cima ésta caía ladera abajo y tenía que volver a empezar. Esa era su maldición.





Como consecuencia de luchar por mis sueños, vivía más pensando en el futuro que en el presente. Y me dí cuenta de que me estaba perdiendo el ser aquí y ahora, el ser consciente del momento actual y vivirlo plenamente. Y os aseguro que sólo así he sentido verdadera alegría. Antes no disfrutaba con lo conseguido. Lo único que hacía era fortalecer el ego y buscar un sueño más difícil de conquistar, una meta cuyo camino era más arduo, más complicado. No nos engañemos, una vez entrado en ese círculo nada nos satisface y siempre queremos más.

Pero, una vez alcanzado el sueño me preguntaba, ¿lo sigo apreciando después de conseguirlo? Mi respuesta es un no con las cosas materiales o intelectuales. Lo que verdaderamente hay que valorar son cosas más elevadas como el amor, la calma, la libertad. Todo esto no son sueños inalcanzables sino realidades que no queremos aceptar, que no queremos ver. No puede estar en el futuro y mucho menos basarse en él, porque entonces jamás lo conseguiremos. Nos han educado en la cultura del esfuerzo, del sacrificio, pero de una forma errónea, mal enfocada. No quiero amasar una gran fortuna, no persigo el reconocimiento intelectual a través de títulos universitarios, no persigo ningún tipo de fama. Lo único que importa es ser a cada momento, vivir en el presente sin preocuparme por el mañana, y entonces, toda la vida, toda la existencia se convierte en un verdadero “sueño”.
Todo lo escrito es propio, personal e instransferible. Sólo el hecho de compartir mis pensamientos y experiencias con todos vosotros, amigos, ya es satisfacción suficiente. Gracias a todos por vuestras visitas y comentarios.