Dicen que el peor miedo de un escritor es enfrentarse a una página en blanco. Las ideas fluyen constantemente, van de neurona en neurona, aunque no siempre somos capaces de impregnarlas en el papel. El problema no es la imaginación, es la creatividad, y esta se fundamenta en la realidad. Son los cimientos, la base, el fundamento. Para crear hay que palpar la creación, admirarla, vivirla y sentirse parte de ese todo llamado universo. ¿Cómo vas a escribir sobre los que no has vivido? ¿Cómo vas a utilizar la palabra amor, odio, risa, danza, alegría, tristeza, … si no has profundizado en su contenido? La lucha no está en el papel en blanco, sino la página sin escribir de tu propia vida.
Últimamente he tenido que enfrentarme o lidiar con decisiones importantes, de esas que pueden dar un giro de 90 o 180º a tu vida. Me asombra y a la vez me asusta la facilidad, rapidez y entereza con las que las he tomado, sobretodo porque no existe la posibilidad de volver atrás, de enmendar la decisión. No resulta sencillo cuando tienes que escoger entre tu futuro profesional y tu integridad como persona. Conozco a mucha gente que ha elegido lo primero, y por supuesto, no los juzgo. También el mirar las cosas desde todas las perspectivas posibles te obliga a estar más vivo, más consciente de todo lo que te rodea. He intentado no cegarme en ningún aspecto, valorar lo que quiero conseguir y sobretodo como lo quiero conseguir. Por supuesto no a cualquier precio, y menos cuando éste afecta a mi entereza como ser humano. Considero que se trata de dejar el miedo de lado, de ser fiel a uno mismo y de confiar en nuestras posibilidades. Esta vida está llena de oportunidades, si renunciamos a algunas, otras vendrán seguro.
Todo lo escrito es propio, personal e instransferible. Sólo el hecho de compartir mis pensamientos y experiencias con todos vosotros, amigos, ya es satisfacción suficiente. Gracias a todos por vuestras visitas y comentarios.
