Calma y silencio

07 marzo 2010

Muy pocas veces valoramos el silencio, porque esa calma, ese vacío, nos asusta. Al principio creía que era el mismo infierno, pero como dijo Nietzsche: “un árbol no puede llegar hasta el cielo si sus raíces no bajan hasta el infierno”. Tenía miedo a despojarme de esa concepción que año tras año se me había grabado a fuego, de esa personalidad que el entorno y las circunstancias te forjan.
Pero gracias a ese silencio, a vivirlo, a sentirlo y hacerlo parte de mí pude encontrar la calma, la paz de vivir con la verdad, esa verdad de ser un alma libre que puede volar cuando y donde quiere, sin ataduras, sin miedo.

Canción: Amaral - La barrera del sonido




Todo lo escrito es propio, personal e instransferible. Sólo el hecho de compartir mis pensamientos y experiencias con todos vosotros, amigos, ya es satisfacción suficiente. Gracias a todos por vuestras visitas y comentarios.