Homenaje a William Blake

19 octubre 2008
El texto que viene a continuación lo escribí hace ya unos años en plena adolescencia, y simplemente me apetecía compartirlo con todos vosotros:



El cordero no esquizofrénico no se atreve a comer hierba porque sabe que hay lobos que acechan hambrientos y mosquitos sedientos de sangre. Habrá un día en el que el rico se arrodillará ante el indigente para acabar con su eterna agonía, con su egoísmo. El que no tenga algo de tigre y de búho nunca merecerá el amor de una mujer. Sin embargo nuestro alrededor habla y actúa de forma muy contraria. El aroma de los bosques, el idioma indescifrable de los animales ya no es el mismo. Los ruiseñores ya no hechizan, su magia se ha acabado, mejor dicho, las manos turbias y asesinas han terminado con todo. Un futuro incierto nos abruma y nos confunde. No obstante todos encontramos una estrella que nos da esperanza y nos protege. Ilusión ingenua y dulce. Jóvenes cavilaciones que nos arman de valor, de vida, de una fuerza sobrehumana de origen desconocido. Puede que baje de allí arriba; es lo que yo creo.
Hay días en los que hibernar como los osos no sería algo inútil. Aunque huir y despreciar la verdad no lleva a ninguna parte. Hay que rebelarse en este presente y conocer el pasado. Quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Es difícil obviar el presente porque formamos parte de él. Cada gesto despectivo, cada palabra envenenada, cada pensamiento impuro encenderá una llama abrasadora y mortífera que provocará la carcajada triste del fuego. Malinterpretamos el dialogo a gusto de cada uno. El paraíso es escuchar, aunque si por error se deforman y tergiversan las palabras mas convendría ser sordo. O no existir. No sé dónde oí una frase sin desperdicio: “no juzguéis si no queréis ser juzgados”. Mañana despertaré y todo seguirá igual. Me resigno a sentarme y ver como el río sigue su curso hasta desembocar en el mar. Hay mucho por hacer y poco tiempo. Imagino una estrella fugaz aunque no siempre brilla y reluce. Todo transcurre velozmente en la oscuridad. Únicamente aquel que se admire encontrará la luz, la salida.
Nos envuelven sentimientos, pensamientos que pueden herir si la paciencia no habita en nosotros. Es necesario elegir el lugar y el momento adecuado. Cerciorarse de que la rana aún conserva su condición de anfibio.

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Todo lo escrito es propio, personal e instransferible. Sólo el hecho de compartir mis pensamientos y experiencias con todos vosotros, amigos, ya es satisfacción suficiente. Gracias a todos por vuestras visitas y comentarios.